Después de la ceremonia del bautismo hubo un gran festín para las hadas. Cuando ya cada comensal tenía su lugar en la mesa, se vio entrar a una vieja hada a quien no habían invitado pues hacía más de cincuenta años que no salía de un torreón y por esto la creían muerta o hechizada.
El rey hizo poner otro cubierto pero la anciana creyó que se la despreciaba, y gruñó amenazas entre dientes. Una de la jóvenes hadas que se encontraba detrás de ella, la escuchó y juzgando que podría otorgar cualquier don enojoso a la princesita, se escondió detrás de los tapices a fin de hablar la última y poder reparar en lo posible el mal que la anciana le hubiese hecho.
Mientras tanto las hadas comenzaron a otorgarle sus dones a la princesa. Al llegarle el turno, la vieja hada dijo que la princesa se atravesaría la mano con un pincho y moriría. En esos momentos, el hada que se había escondido, surgió de detrás de los tapices, y dijo en alta voz estas palabras:
-Colocad a la princesa en la más bella estancia de palacio, sobre un lecho de colcha bordada en oro y plata.
Al cabo de cien años, el hijo del monarca que reinaba entonces, fue de caza por aquellos lugares y preguntó de quién era ese gran bosque entrelazado y espeso. Un viejo campesino le dijo: Escuché decir a mi padre que se encontraba en el castillo una princesa, la más bella del mundo, que debía dormir cien años y a quien despertaría de su sueño el hijo de un rey.
El joven príncipe, al oír aquellas palabras, se sintió entusiasmado. En cuanto avanzó en dirección al bosque, todos los altos árboles y los espinos se apartaron para dejarle pasar y pudo ir hacia el palacio. El príncipe atravesó cruzó muchas estancias plenas de gentiles hombres y de damas, durmiendo todos, y entrando en una sala dorada, contempló sobre un lecho el hermoso espectáculo de una princesa que resplandecía. Entonces se acercó temblando de admiración, se arrodilló a su lado y la besó.
-¿Sois vos, príncipe mío?, bien que me habéis hecho esperar.
Mientras, todo el palacio se había despertado con la princesa, cada uno reanudando el desempeño de su trabajo. La dama de honor, hambrienta como los otros, se impacientó, y dijo en voz alta a la princesa, que la comida estaba servida.
En pocos días será anunciada la fecha y el castillo donde los socios y amigos de la Bella Durmiente serán invitados a besarla y celebrar su despertar. La felicidad será compartida por todos alrededor de una buena mesa y las mejores viandas.
cuento íntegro en Rincón de las Hadas
7 comentarios:
Y espero que este despertar dure como minimo cien años mas, y sigamos disfrutando apasionadamente como lo veniamos haciendo cada vez que nos reunimos........
Acuérdate que el principe y la princesa se casaron, vivieron felices y comieron... pasapalos y tapas
SAludos desde San Francisco! Que ganas de verlo. Por cierto, el rey de la parrilla dijo que si ;)
Intuyo que será en un hermoso castillo en un alto lugar!, allí estaremos para celebrar este despertar y que dure 100 años!... amén
epa espero poder acompañarlos
El que tenga ojos que vea!!!
y si no miró, no comió...
A la espera de ese Jabalí y demás condumios, con mucho apetito, pues, despues de una larga siesta, solemos despertar con mucha hambre.
Habra fiesta en el reino del Yantar!!!
Paul, Ana y ahora Emiliana...la quemás comió...
Queridos consocios,
Ya hay fecha para el despertar de la Bella Durmiente... hoy mismo lo anunciamos
Oriol, Carlos y Héctor
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